En el año 2016, en Rusia, en la región de la tundra siberiana en el círculo polar ártico, hubo una infección de seres humanos por ántrax, causado por la bacteria Bacillus anthracis, una infección que puede llegar a ser mortal. De acuerdo con el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), se ha observado un aumento detectable de la temperatura del permafrost desde de los años ochenta en adelante.
Una de las consecuencias del calentamiento global es el derretimiento de capas de hielo en cuyo interior se encuentran virus y bacterias que han estado congelados por miles de años, alertan los científicos.
La liberación de estos elementos podría resucitar enfermedades que afectaron al ser humano en el pasado y que no existen en la actualidad.
Desde principios del siglo XX, y en especial en la segunda parte de ella, los científicos comenzaron a estudiar las comunidades microbianas en los glaciares, principalmente bacterias.
Permafrost
El derretimiento afecta especialmente lo que se conoce como el permafrost, explica Francisco Fernandoy, glaciólogo de la Universidad Andrés Bello (UNAB).
"El permafrost consiste en un suelo que permanece congelado al menos dos o más años. Constituye un importante componente de la criósfera terrestre, es decir, el agua en todas sus formas en estado sólido", dice.
Esto es especialmente importante en el hemisferio norte, donde existen extensas áreas de suelo que contienen permafrost, cubriendo hasta un cuarto de dicho hemisferio, si se incluye el permafrost continuo y discontinuo. En el hemisferio sur también existe, pero está más bien limitado a las zonas de mayor altura y la Antártica.
Derretimiento
El derretimiento del permafrost está fuertemente asociado al calentamiento atmosférico reciente y estrechamente relacionado a la pérdida de hielo marino en el hemisferio norte, advierte el especialista.
De acuerdo con el último informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), se ha observado un aumento detectable de la temperatura del permafrost desde los años ochenta en adelante, aunque observaciones detalladas solo existen para los últimos 30 años.
"El permafrost es un importante reservorio de carbono y nitrógeno, que podrían ser potencialmente liberados a la atmósfera, en caso de que se siga produciendo un deterioro importante del permafrost", añade Fernandoy.
Patógenos latentes
En este caso, varios podrían ser los virus y bacterias que pueden estar latentes bajo el permafrost, según Juan Carlos Velásquez, director del Bachillerato en Ciencias de la UNAB.
Entre los virus se encuentran aquellos conocidos como pithovirus sibericum y mollivirus sibericum, los cuales infectan amebas (organismo unicelular), pero no al ser humano.
En el caso bacteriano, se ha encontrado el bacillus anthracis, productora del ántrax o carbunco.
Peligros
En el caso viral no ha producido problemas en el ser humano, pero en los casos anteriores se pueden reproducir y matar a las amebas, que son organismos unicelulares.
De hecho, en el caso del Bacillus anthracis, este ha infectado a animales y seres humanos, detalla el científico.
En el año 2011, los investigadores Boris Revich y Marina Podolnaya, de la Academia de Ciencias de Rusia, y como consecuencia del derretimiento del permafrost siberiano, encontraron bacterias productoras de ántrax, que podían volver a infectar a animales y seres humanos.
Fue así como en el año 2016, en la región de la tundra siberiana en el círculo polar ártico, hubo una infección de seres humanos por ántrax, causado por la bacteria Bacillus anthracis, una infección que puede llegar a ser mortal.
Se cree que el derretimiento del permafrost liberó la bacteria desde cadáveres de animales que murieron hace 79 años producto de esta infección. Producto de esta infección, más de 2.300 renos habrían muerto y 90 personas habrían sido infectadas, de las cuales un niño habría fallecido como consecuencia de esto, relata Velásquez.
"Hay que mencionar que esta bacteria es productora de esporas altamente resistentes a las condiciones adversas, encontrándose normalmente asociada al ganado, infectando eventualmente al ser humano".
Virus gigantes
También ha habido investigadores que han trabajado intencionalmente por hallar a estos patógenos congelados.
De hecho, entre los años 2014 y 2015, los científicos Jean-Michel Claverie y Chantal Abergel, de la Universidad de Aix-Marseille en Francia, pudieron revivir dos “virus gigantes” del permafrost siberiano de 30 mil años de antigüedad.
Estos eran el pithovirus sibericum y mollivirus sibericum, los cuales –como se señaló anteriormente– infectaban amebas (organismo unicelular), mas no al ser humano.
Anteriormente, en el año 2005, científicos de la NASA y la Universidad de Alabama, pudieron revivir bacterias congeladas en Alaska hace 32 mil años. La bacteria llamada carnobacterium pleistocenium se congeló cuando los mamuts deambulaban por la Tierra.
Otros casos
También ha ocurrido este fenómeno de liberación de virus y bacterias en otros lugares distintos al permafrost.
Un grupo de científicos de la Universidad de Nebraska, la Universidad Estatal de Ohio y el Departamento de Energía de Estados Unidos, tomaron muestras de hielo de más de 15 mil años de antigüedad, a 6.700 metros de altura en la parte china de la meseta tibetana.
En su interior, aseguran haber encontrado decenas de bacterias desconocidas y lograron identificar 33 grupos de virus, 28 de los cuales eran nuevos para la ciencia, según un artículo en revisión.
Otros lugares donde se han buscado y encontrado microorganismos, son los lagos congelados de Alaska y la Antártica.
Fuente: El Mostrador