Que alguien tendrá que pagar esta crisis está claro, pero ¿quién será?, eso aun no está dicho. ¿Serán los sectores populares junto a los trabajadores?, ¿o quiénes durante estos 30 años se hicieron multimillonarios explotando a estos últimos?
Imagen: intervención del estudio Delight Lab en la Torre Telefónica
Ayer lunes pasaron se conmemoraron los siete meses que nos separan de aquel 18 de octubre, ese día en que, hastiados de humillaciones y desprecios acumulados por décadas, millones de chilenos y chilenas salieron a decir basta.
No fue casualidad que no pasara desapercibido, más aún cuando de comunas como El Bosque o La Pintana, desde temprano comenzaran sus habitantes a salir de sus hogares a protestar por la falta de alimentos, unos producto de la cesantía y otros por no poder generar ingresos de sus trabajos informales, protestas a las que luego se sumaran lugares como Macul, La Pincoya y Villa Francia.
Un fantasma del hambre que no rondaba por Chile (al menos comunicacionalmente), desde inicios de los años '90, y que a muchas familias recordó los difíciles años '80, donde el hambre, en especial en los inicios de esa década, era un fantasma bastante real.
Y que aún peor, trajo devuelta lo peor de la derecha, como a la presidenta de la UDI Jaqueline van Rysselberghe, que en un arranque de humanidad magnánimo exigió “todas las herramientas de la ley” sobre quienes protestaban por el hambre.
La respuesta del gobierno
Un vecino de El Bosque que se viralizó por redes sociales fue bastante preciso, “El Estado ha estado ayudando a los empresarios y a los bancos y todo eso. No es contra la cuarentena, es contra el hambre", esto ademas mientras una dura represión caía sobre los habitantes de la comuna, que dejo al final de la jornada una decena de detenidos.
Es que el gobierno ya señalo su camino, al igual que en su momento lo hizo la dictadura con la crisis del ’82, salvar a la banca y a las grandes empresas, nada apunta a otra salida, al menos de parte de este gobierno de empresarios.
Recordemos que solo la revuelta popular los hizo gastar millones de dólares para bajar el dólar, y no afectar las ganancias del empresariado a nivel de economía global; y hoy no es para nada distinto, porque si las ganancias las acumulan un pequeño grupo de personas, las perdidas se sociabilizan, y de eso ya sabemos quienes vivimos en Chile, con el claro ejemplo de las AFP.
Hoy nos quieren cargar esta crisis, corrijo, nos están cargando esta crisis, a través de las suspensiones, de los despidos, de sobrecargar a quienes quedan en sus trabajos, y todo “perfectamente legal” como decía muy campante hace algunas semanas la ministra del trabajo.
“Perfectamente legal”, si, pero sobre la herencia de la dictadura que creo ese aparataje legal.
Treinta años donde Chile creo algunas de las máximas fortunas del planeta, parte de los rankings internacionales mas renombrados, y no solo los Luksic, o los Saieh, o los Paulmann, también el mismo presidente.
O las burlas del gobierno o una salida desde los propios trabajadores
Hoy cuando a los mas necesitados de ayuda, aquellos que fueron los primeros en despachar de los trabajos, muchos gracias a la misma “ley de protección del empleo” que creo el gobierno, y que fue votada por la misma enclenque oposición, a aquellos que trabajan informales y que hoy no pueden llevar dinero a sus hogares, donde el gobierno les ofrece con todo su desprecio apenas una migaja de 50 mil pesos, es entonces más necesario que nunca enfrentar esta verdadera burla.
Necesitamos por lo mismo un plan de emergencia, que contemple extraer recursos de aquellos que durante mas de 30 años se hicieron millonarios a costa nuestra, de nuestro trabajo, de las horas sin las familias y los hijos, de las humillaciones constantes.
Un plan de mínima que contemple un ingreso acorde a la canasta básica familiar, que se encuentra cercano hoy a los 500 mil pesos. Recursos hay, pero están en un puñado de multimillonarios, que hoy se buscan lavar las manos a través de su máximo gremio, la CPC, dando cajas de comida. Y que por supuesto serán los primeros, a través de sus políticos, y del mismo gobierno quienes dirán que es imposible.
Es por esto que es clave, que organismo como la CUT, los grandes sindicatos, rompan su tregua con el gobierno, que se pongan del lado de las y los trabajadores y los sectores populares, como lo hacen hoy los trabajadores del Barros Luco, que mañana mismo van por su segunda reunión de coordinación contra la falta de insumos y los ataques del gobierno, tomando las acciones en sus manos, y no esperando impávidos las migajas del gobierno.
El tiempo es hoy, no mañana, el fantasma de hambre ya transmutó en real, no podemos esperar.
Fuente: La Izquierda Diario