Proteger el medio ambiente puede costar la vida: en 2018, 164 personas defensoras de la tierra y del medio ambiente fueron asesinadas, o sea un promedio de más de tres asesinatos por semana. Así lo indica el alarmante informe anual de Global Witness, una ONG que lucha contra las violaciones de los derechos ambientales.
En América Latina se registraron más de 80 asesinatos convirtiéndola en la región más peligrosa para trabajar en la protección de los recursos ambientales.
Según el trágico balance de la ONG, publicado este martes, los defensores del medio ambiente que luchan contra proyectos mineros o agroindustriales frecuentemente pagan el combate con su vida. Con 16 muertos confirmados, Guatemala es el país que paga el más duro tributo, con relación al número de habitantes. Sin embargo se trata de un fenómeno global, los defensores del medio ambiente y de la tierra, de los cuales un número importante son representantes de los pueblos autóctonos son considerados cómo criminales por defender sus derechos, según palabras de Vicky Tauil-Corpuz, relatora especial de Naciones Unidas publicadas en el informe.
Global Witness destaca que las cifras podrían estar sub evaluadas, ya que algunos crímenes, tiene lugar en zonas alejadas. El más mortal de los citados por la ONG, en 2018, tuvo lugar en el Sur de la India, donde asegura que 13 personas fueron asesinadas tras una manifestación contra una mina de cobre.
En Brasil, al menos ocho militantes implicados en conflictos de tierra con los productores de soja, fueron asesinados el año pasado, solo en el estado de Pará.
En Filipinas, que remplaza a Brasil con el país con el mayor número de muertos, nueve cultivadores de caña de azúcar, entre los cuales mujeres y niños, fueron asesinados por hombres armados en la isla de Negros, según Global Witness, que denuncia una tendencia inquietante hacia la intimidación de los defensores del medio ambiente.