Debido a los fuertes vientos que caracterizan la costa de la Provincia de Arauco, una serie de empresas del rubro energético están intentando instalar parques eólicos y líneas de alta tensión en este territorio, ya altamente intervenido por el negocio forestal. Uno de los grupos empresariales detrás del negocio de la energía eólica es Forestal Arauco, una de las empresas con peor historial medioambiental y relación con las comunidades en la zona. El grupo Angelini pretende instalar un parque eólico llamado "Viento Sur" en la comuna de Arauco. Diversas organizaciones denuncian que se intervendrá uno de los humedales más extensos e importantes de la región del Biobío, así como diversos lugares de significación cultural. Por esta razón ingresaron junto con vecinos y vecinas del sector cerca de 1800 observaciones ciudadanas al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
En el marco de la oposición al proyecto de energía eólica "Viento Sur", una serie de organizaciones de las comunas de Curanilahue y Arauco entregaron 1.800 observaciones ciudadanas al Servicio de Evaluación Ambiental del Biobío durante la mañana del día jueves 04 de Julio. Se realizaron observaciones en varios aspectos, tales como flora y fauna, riesgos para la salud de la población, impactos en el turismo y patrimonio cultural, entre otros, Se recalcó el impacto negativo en el humedal Tubul Raqui, sitio con alto valor ecológico y cultural.
El Ministerio de Energía en su página web, a través de un archivo público en formato .KMZ para el programa Google Earth titulado «Instalaciones y Proyectos de Generación Eléctrica diciembre 2018», consignó 5 parques eólicos que ya se encuentran instalados y funcionando en las comunas de Lebu y Arauco. Además, se encuentran otros proyectos esperando su aprobación, entre ellos "Viento Sur", una iniciativa de Forestal Arauco que fue criticada por diversas organizaciones.
Respecto a los impactos del proyecto eólico de Forestal Arauco "Viento Sur" en el ámbito de la flora, las organizaciones destacaron que en el proyecto se contempla talar 44 hectáreas de bosque nativo sin presentar medidas de mitigación, reparación y compensación. En cuanto a los impactos en animales observaron que "la evaluación del riesgo de choque de las aves contra las estructuras del proyecto no se basa en ninguna metodología científica clara que respalde el muestreo. Tiene muchos sesgos y errores metodológicos, la delimitación de la zona a muestrear es científicamente errada".
Respecto a la salud de la población declararon que "el proyecto no da cuenta de los riesgos que pueda existir en relación con la circulación de personas y la presencia de las torres de alta tensión. Teniendo en cuenta que estas se instalarán en zonas de Bosque Nativo, lugar concurrido en diversas fechas para el desarrollo de la recolección". En relación a impactos en el turismo se preguntaron "¿En qué medida se afectará el desarrollo del ecoturismo, enfocado en la observación de aves, una vez instalado este parque eólico, y los otros más que pretenden instalarse?".
En el ámbito cultural declararon que "no se identifica ningún Sitio de Signifiación Cultural", mientras que "No se vincula la existencia de los diversos sitios arqueológicos o monumentos históricos identificados con el valor espiritual que pueda tener para el pueblo mapuche".
También cuestionaron la supuesta obtención de trabajo por parte de la comunidad con el desarrollo de este proyecto, y en ese aspecto señalaron a la empresa que "se solicita explicitar el tipo de empleo que se generará a través del «Plan de Empleo y Empleabilidad Local». ¿Cuántos puestos de trabajo serán? ¿Cuánta remuneración? ¿Cuáles serán los requisitos? ¿Condiciones de trabajo? Etc...".
Respecto a los impactos en el humedal Tubul Raqui, uno de los más extensos e importantes de la región del Biobío señalaron que "el Humedal Tubul Raqui no se considera para la evaluación de impactos significativos ya que no tiene ningún tipo de categoría dentro del SNASPE, sin embargo se reconoce la importancia de estos ecosistemas de forma internacional, además que se reconoce el humedal como Sitio prioritario en 2° categoría (comunal) y está en proceso de sitio Ramsar, por lo que es importante la evaluación de impactos significativos desde el punto de vista de las Áreas Prioritarias".
Según las organizaciones otros puntos críticos del proyecto son los impactos a el Eltun o Cementerio Mapuche de los Huapes. La intervención de especies como el Naranjillo, Michay Rojo(Berberidopsis corallina), especie en peligro crítico de extinción o el monito de monte (Dromiciops gliroides), especie en categoría «casi amenazada» y que ha sido denominado como un "fósil viviente".
Las organizaciones recalcaron que diversos organismos sectoriales como CONADI, MINSAL, CONAF y Consejo de Monumentos Nacionales, hicieron críticas metodológicas importantes al proyecto. Además plantearon que "No queremos que estas industrias sigan destruyendo nuestro entorno, ya basta con los 50 años de celulosa y Forestal Arauco. Cabe mencionar que este tipo de proyecto va dentro de la lógica de plan IIRSA y TPP11, estrategias de saqueo, destrucción en nuestros territorios". Además agregaron que la acción "fue una tarea ardua, hecha libre de partidos políticos y de intervenciones del gobierno".
Respecto a estos proyectos existe poca o nula participación de las comunidades que viven en los sectores en donde se instalan estas iniciativas empresariales, siendo en su mayoría iniciativas privadas y diseñadas para el beneficio comercial de grandes multinacionales en el área de la energía eléctrica. Mucha de la energía generada es destinada para abastecer las necesidades de la industria, o incluso la creciente proyección de venta a otros países de la región. Para una democratización real en la producción, distribución y consumo de la electricidad, así como la transición energética hacia fuentes más limpias, debería existir una redefinición de las necesidades que realmente tenemos como población, tendiendo hacia una disminución del consumo de energía y la eliminación de actividades extractivistas que no presenten beneficios para la comunidad, sino solo para los grupos económicos detrás de los proyectos.
Por otro lado, existe desconfianza en relación a cómo este tipo de proyectos sirven para generar un lavado de imagen de los prontuarios socioambientales de empresas altamente cuestionadas como Forestal Arauco, que en base al negocio de las energías renovables buscan limpiar su imagen de los graves impactos provocados por la industria del monocultivo forestal y la celulosa.
La pregunta que surge es ¿hasta que punto apoyamos las energías renovables si su gestión, desarrollo e implementación sigue estando guiado por los intereses de las grandes compañías energéticas? o también ¿cómo equilibramos la necesidad de transitar desde los combustibles fósiles hacia las energías renovables no convencionales, con la necesidad de que sean las propias comunidades en los territorios quienes decidan y se beneficien de estas iniciativas?.
Cabe recordar que Desde 2018 Forestal Arauco está ampliando su planta en Horcones, comuna de Arauco, lo cual la transformaría en la industria de celulosa más grande del país y una de las mayores del mundo. Es la denominada Modernización y Ampliación de la Planta Arauco, también conocida por sus siglas como M.A.P.A. Se espera que para 2021 éste proyecto esté concluido y operando, lo que significaría prácticamente triplicar anualmente las 800.000 toneladas de celulosa que actualmente produce, llegando hasta las 2.100.000 de toneladas anuales.
Aquí puedes ver el vídeo de las 1800 observaciones ingresadas al proyecto eólico de Forestal Arauco